DESATANDO ATARDECERES
Fui desatando el otoño entre mis manos, adormeciendo las pisadas de mis pies sobre las hojas caídas, convenciéndome que la vida sólo es un momento, y que a veces es necesario huir para no salir herido. Fui desatando atardeceres de cielos de fuego, dejando penetrar el aroma de la lluvia sobre mi rostro, y hundiendo mis pisadas en huellas que fui dejando en mi destino.

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Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
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