TU ADIÓS
Tu adiós desprendía tanto eco que mi mundo se quedó en silencio, tu adiós venía acompañado de tanta soledad que sin darme cuenta me vi rodeado de un tumultuoso vacío, tu adiós llevaba tanto veneno que de repente me vi ingiriendo gotas de tu virus amoroso, tu adiós se clavó como un puñal, apagó las luces de la ciudad, hizo descarrilar el tren de mi tranquilidad, y me hizo comprender que había perdido más de lo que hubiese querido imaginar.

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Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
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