CAMINO HACIA EL SOL
Me acuerdo de ti, del infinito de tu pasión, y tras los cristales de tu ventana podíamos ver la eternidad, de aquel atardecer que se escondía tras las almenas de un cuento medieval. Hoy ya nada queda del ayer, ni siquiera el regreso de tu adiós, cuando entre lágrimas sabíamos que nos alejábamos del amor, y tú marchabas de su mano y yo tomé el rumbo que conducía por el camino hacia el sol.

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Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
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