RODEANDO MADRID
Saldremos por pies, que nos persigue un mundo pequeño y nosotros rodeamos Madrid. Saltaremos sobre charcos, más que nada por tener algo para compartir. Nos tomaremos a medias unos sorbos de café, seremos esclavos del amanecer, y reiremos a carcajadas en este nuevo despertar. Total la vida no tiene infinito, todo tiene su final, y nada mejor que esperar la oscuridad entre tus brazos, prendido de la ciudad, robando unos besos a tus labios, sin necesidad de saber qué fue lo que hicimos del revés, para llegar a este punto de la inmortalidad.

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Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
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