HIPOGLUCEMIA
Ni siquiera duele. Llega sin avisar. Sin decirte voy a por ti. Buscas calor y de repente sientes frío. Buscas compañía y de repente sientes soledad. Frío, más frío. Tiemblas. Seguramente corres y buscas la salvación, tu salvación. Nunca es tarde, por el momento; pero sabes que tarde o temprano volverá y de nuevo quedarás helado en su ataque por sorpresa. Luego llega la calma, el silencio, las lágrimas y…el frío que tarda mucho en decirte adiós.

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Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
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