MEDIAS NEGRAS
La conocí en una especie de estación, donde los trenes no se detenían porque solo viajaba el viento de los besos soñados y unas piernas cubiertas por medias negras con sabor a pecado y a perdón. Sus ojos me miraron con el entusiasmo de quien mira de frente al amor y con dos cervezas tomadas a medias nos prometimos volver a encontrarnos en alguna cama de hotel, donde tal vez nos mirarían con desconfianza y sonreiríamos con desdén.

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
No hay comentarios:
Publicar un comentario