EL FUEGO ETERNO
Se me escaparon tantos sueños que mi rebeldía quedó en un segundo plano, escaparse hasta tus brazos no era nada comparado con nuestras hazañas en tu cama. Nos quemamos tantas veces en el fuego eterno, que el paso de los años creo que nos hizo demasiado daño. Tal vez vivimos demasiado deprisa, sin preocuparnos de lo que nos deparaba aquel destino traicionero. Jugamos con el amor hasta que nos quedamos huérfanos de unas manos que nos dieran calor.

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Se me acaba de ocurrir una idea, pero la voy a poner en práctica muy despacio. Pregúntame dentro de unos años...
No hay comentarios:
Publicar un comentario