viernes, 13 de abril de 2012



En ocasiones los sentimientos no son el fruto de la felicidad, más bien podríamos decir que esos sentimientos terminan por ser los enemigos de uno mismo. Ferran y Ricard son dos personajes abstractos, como lo son sus profesiones: escritor y pintor. Pero ambos tienen en común un vínculo: el amor por una mujer, la cual es capaz de transportarlos desde el amor más sincero a lo más profundo de las tinieblas, todo ello envuelto en una ciudad donde el misterio es más ingrato de lo que pueda parecer.

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