CAUTIVO DE LAS ESTRELLAS

Cautivo de las estrellas, del silencio que siempre lo acompañó, de aquella voz que le hablaba en las tardes de otoño, cuando bajaba hasta el río y allí se introducía en sus aguas dormidas. El horizonte de sus verdades lo despertaba en las mañanas y le pintaba un arcoiris de palabras vencidas que se derramaban a través de su ventana, mientras él vivía de sus silencios y sus sueños cobardes.

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