RODEADO

Rodeado de quejidos, de gotas de lluvia, de almas ambulantes, de fantasmas que me hablan, que se mueven alrededor, que pertenecen a mis silencios. Rodeado de vulgares, de letras sin significado, de frases incompletas, de una adolescencia tímida, de una niñez que se acaba. Rodeado de inviernos fríos, de otoños presuntuosos, de veranos azules al pie de una playa con horizonte lejano, de primaveras que brillaban por la ausencia de tus besos. Rodeado de una enfermedad incurable, de una mirada que me enamora, de una tierra que no es la mía pero de la que me siento hijo de cuna, de una inolvidable Castilla manchega. Rodeado de un cementerio con altos cipreses, de un camino de espesa niebla, de un cantar con música triste. Rodeado siempre de recuerdos del ayer. Rodeado de un millón de secretos, de dolores callados, de noches ardientes donde olvidé lo que no se podía olvidar porque todo era parte de mí.