Ya no importa, tu presencia revolucionó mi vida, huir de la
derrota fue casi obligación, tu principio no tuvo final…ni lo tendrá. Caminaste
despacio y pusiste pausa a mis prisas, a mi forma loca de vivir, a mis ideas de
volar más allá, a lanzarme al vacío de la soledad. Fuiste paz en mi guerra
espiritual, construiste palabras rotas por momentos de amor, y llegaste a mí cuando
más frío hacía en mi vida, cuando los fantasmas en mis noches enloquecían y yo
buscaba brazos que no existían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario