Cuídate de las promesas prohibidas, está noche me quedaré
dormido en tus párpados, me colgaré de tu almohada y dejaré que el viento me
despierte en la madrugada, cuando me llame la cordura y se interponga la locura
de amarte cada noche por placer. Cuídate de aquellos que con su palabra hacen
daño, entre nosotros no existen las mentiras, soñaremos abrazados al alba,
mientras tu cuerpo resbala por el mío y me susurras que por favor no me vaya.
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