MEDIAS NEGRAS

La conocí en una especie de estación, donde los trenes no se detenían porque solo viajaba el viento de los besos soñados y unas piernas cubiertas por medias negras con sabor a pecado y a perdón. Sus ojos me miraron con el entusiasmo de quien mira de frente al amor y con dos cervezas tomadas a medias nos prometimos volver a encontrarnos en alguna cama de hotel, donde tal vez nos mirarían con desconfianza y sonreiríamos con desdén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Reseñas: SIN MIEDO A NADA Me ha encantado!!! te engancha apenas empezar!!!! Un libro que te engancha desde el principio y no dejas d leer ,...