El viento dejó tras de mí palabras de lamento, nunca supe quién de los dos fue más culpable. Tal vez la vida no supo comprendernos, o quizás nosotros no supimos comprender al amor.
El agua se escapó entre nuestras manos, mientras la lluvia empapaba nuestros pasados.
Seguramente nos aburrimos de la rutina de amarnos y cuando quisimos ser conscientes ya no supimos enfrentarnos a la verdad y al daño.
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