martes, 15 de enero de 2013

INSOLENTE Y TESTARUDO

Reconozco mi insolencia (en ocasiones) y mi testarudez (casi siempre). Soy adicto a la droga de un poema y a las olas del mar rompiendo contra las rocas. Soy enemigo de mí mismo cuando me observo frente al espejo. Soy versátil en privado, porque en público soy incapaz de tener doble personalidad. Soy de los que piensan que si no has leído a Charles Dickens, no has leído nada. Y que bien vale un buen manjar en compañía de unas piernas esbeltas que te hagan soñar. Me he alimentado de viajar, y he madurado a golpes de pasado. Creo que Madrid es la ciudad donde siempre quisiera peregrinar. Mis escritos están envueltos de amor y muerte, pues en el fondo son los grandes misterios que nos ofrece la vida. Soy amigo de los secretos guardados en largos silencios, pues las veces que he confiado he terminado por decepcionarme de mi fragilidad. No creo que haya un mundo mejor, sólo espero que el futuro no sea peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario