viernes, 1 de marzo de 2013

BARCA ANCLADA EN LA ARENA

Pasa el tiempo en la desdicha, en la condena. De nada sirve la inmortalidad en la que prevalece el destino. Tan sólo es un barco a la deriva o una barca anclada en la arena de cualquier playa. Ya nada importa. Sólo busco tu silencio, el silencio de la palabra, el susurro de un te quiero que se desliza a través del viento y viaja a través de la nada, cobijándose en el recuerdo y la añoranza. En mis pupilas se dibuja el mar. Tan sólo es agua que viene y va, adentrándose en la muralla que rompe el infinito desierto. Hoy eres memoria, me pregunto qué serás mañana.

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