martes, 13 de noviembre de 2012

LA LLUVIA Y LA FATALIDAD

La lluvia arreciaba, resbalaba por mi rostro, eran gotas de ansiedad, Junto a mí esperaba la impaciencia, suponía que algo iba mal, Tú no llegabas, era como un fantasma al cual debía de esperar. De repente tu silueta se dibujó entre la brum a, En aquella línea que nos separaba de la locura, tal vez de la verdad. Era un invierno frío, con luces de Navidad, La ciudad pareció quedarse desierta, en tus ojos la fatalidad. Te acercaste lentamente, no dejabas de llorar, Mis dedos limpiaron tu rostro, la lluvia hizo lo demás. No hizo falta que me hablaras, solo me tuviste que abrazar, Para comprender que el dolor vencía al amor, Que nos debíamos de separar. Las luces de la noche me devolvieron a la realidad, Tu perfume no se desprendía de mi cuerpo, Así que caminé bajo la lluvia, Sin un destino que alcanzar. Con la rabia mordida en mi alma, Con la derrota por bandera, Con la lluvia que me empapaba, Y un silencio que no pude controlar Desde que no estás.

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