No inventes aquello que nadie quiere creer,
El mar no se hizo de lágrimas saladas,
Y el mundo no gira del revés.
La lluvia no humedece los desiertos,
Y el llanto no es sinónimo de padecer.
Las gaviotas nunca vuelan asustadas,
Y a mí siempre me excita tu desnudez.
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