martes, 13 de noviembre de 2012

SEGUIR LOS INSTINTOS

Seguí la corriente del río, porque la fuerza del agua purificaba mis recuerdos, mis anhelos. Seguí la caricia del viento, porque me llevaba lejos, allá donde los sueños continuaban siendo vida. Seguí la violencia de la tormenta, porque cada relámpago incendiaba mi alma bandida. Seguí la noche profunda, esperando con impaciencia que mis ojos se enamoraran de un nuevo amanecer.

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