domingo, 7 de abril de 2013

EL ANTIGUO TREN DEL TIEMPO

El antiguo tren del tiempo va con cierto retraso, se detuvo en la estación del infierno pero allí nadie lo ha esperado, sube por la ladera de la cordillera, la que lo conduce al punto más alto, a un pueblo que huele a vida, a una vida con sabor a pasado, donde los niños aun juegan con la pelota en las plazuelas, donde aun llueve en cada primavera, donde los perros andan sueltos y las vecinas cuchichean. Es el pueblo de nuestros abuelos, aquel que forjaron a base de trabajo, el mismo que hoy destruye la tecnología, robots con rostros de humanos. En su trayecto el tren recorre los campos, donde los pastores se sientan bajo los árboles, rodeados de sus ovejas, mientras la iglesia lo contempla desde la distancia y las campanas reclaman a sus feligresas. El tren ha llegado a su destino, y los girasoles lo saludan a su paso, la prosperidad ha quedado a un lado, y desde la ventana observo el paisaje que tanto tiempo he anhelado.

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