Hay una
alerta roja en cada estación donde parten los besos con destino hacia ningún
lugar. Hay una tempestad de locos que desean llegar al mundo de los no cuerdos.
Hay elementos
descontrolados semejantes a tus pechos danzarines que me provocan sofocos de
amor indisciplinado.
Hay un
ciclón en el jardín avivado por la fuerza natural de tus miradas.
Y si un día
me muero, que sea entre tus piernas con medias de seda.
Y si un día
resucito que sea colgado de la fragilidad de un niño de ojos azules y mirada
triste.
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