viernes, 26 de abril de 2013

EN UNOS DÍAS...CUARENTA Y DOS



Quiero inventar los celos donde sólo brille el amor, vámonos de misa sin pasar por las iglesias, naveguemos sobre un barco pirata que no sobresalga del charco de mi acera, que si sigue lloviendo como esta primavera pronto tocará fondo como el Titanic de los playmobil. Vamos a lamentar las lágrimas sobre las almohadas de la última noche, aquellas que perduran en el recuerdo más que el sonoro portazo del adiós. Volvamos a tener veinte años, cuando escaparse a tu lado era un secreto,  un placer sin nombre y con demasiado pecado. Hubiese necesitado más de cuatro padrenuestros para excomulgar tanto abandono sin aliento. No me cuentes milongas de terciopelo, que por mucho que acaricien el alma, son bribonadas que me conducen a un callejón sin salida y demasiado oscuro para los dos. La cuestión es que dentro de unos días ya serán cuarenta y dos, y a pesar de los pesares sigo escribiendo a todas horas, sigo amando con pasión, sigo enamorado de sus encantos y sigo muriendo antes de que llegue el amanecer con la guadaña y sus versos colgados del sol.

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